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El aumento de pecho es la cirugía estética más demandada por las mujeres españolas, y la segunda más demandada a nivel mundial. A día de hoy ¿sigue siendo un tema tabú?

A pesar de su popularidad a nivel mundial, todavía queda en duda si la cirugía de aumento de pecho está realmente aceptada y normalizada en la sociedad actual. Las cifras deberían apuntar a que sí: 18.000 mujeres se realizan una cada año en España. Sin embargo, muchos de sus testimonios parecen señalar que vivimos en una sociedad que no está preparada para hablar de que una persona cambie una parte de sí misma que no le convence.

El gran boom de esta operación surgió en el siglo XX, después de que Thomas Cronin y Frank Gerow inventaran los implantes de silicona para el pecho en Estados Unidos en 1961. A partir de entonces, el procedimiento cobró popularidad primero entre miembros de las élites sociales, y después se extendió a todo tipo de mujeres hasta alcanzar un clímax de demanda en los años setenta.

En los años 80 y 90 muchas celebrities y actrices se sometieron a operaciones de aumento de pecho que con el tiempo resultaban ser poco estéticas o exageradas, y esto provocó que muchas personas tuviesen partiesen de una idea negativa a la hora de pensar en una operación de pecho, creyendo que el resultado podría ser poco natural.

Como han cambiado las cosas

Actualmente no cabe duda de que es posible realizarse un aumento de pecho y que el resultado sea natural, imperceptible para muchos y muy satisfactorio para las pacientes. Las prótesis de nueva generación son capaces de imitar el tacto y movimiento de un pecho natural, y el saber hacer de un buen cirujano que sabe cual es el plano de colocación correcto y la técnica que mejor funciona en cada paciente hacen que podamos ver casos con resultados increíbles.

Hablar de prótesis redondas o anatómicas, lisas o rugosas, son conceptos que poco a poco van quedando obsoletos, y es que la nueva generación de prótesis por las que cada vez apuestan más cirujanos son las ergonómicas, capaces de imitar los movimientos del cuerpo, adaptando su forma a los movimientos de cada paciente. La incisión también es mínima y con el paso del tiempo imperceptible, por lo que muchas veces a la gente le cuesta creer que un pecho sea realmente operado, puesto que el resultado es natural y sin marcas.

Ahora, son cada vez más las mujeres que hablan sin tapujos sobre su pecho, sobre sus complejos y sobre la decisión de someterse a una intervención. Realizarse una intervención estética no significa no aceptarse, simplemente significa querer mejorar o potenciar una parte de ti, del mismo modo que miles de personas acuden al dentista para mejorar su sonrisa y todo el mundo lo considera algo normal ¿no?. Debemos tratar de normalizar y humanizar la cirugía, aceptando que cada persona es libre de decidir sobre su cuerpo, de querer mejorar algo, de saber que cuando lo haga mejorará la relación que tiene con su imagen. Durante años, famosas y anónimas no reconocían haberse operado por el miedo a ser juzgadas. Afortunadamente a día de hoy son muchas las mujeres que deciden voluntariamente sentirse más a gusto con su cuerpo y el resultado es tan satisfactorio que no dudan en hablar abiertamente de ello con sus amigas.

Nadie debería preguntarte por qué te quieres operar el pecho, pero si lo hacen (y citando a Maria Antonieta Collins), la respuesta debería ser simple: “Porque quiero, porque puedo y porque me da la gana”.